Wednesday, October 19, 2011

Viento.


Se separaron, callados, los gritos como truenos, los tenían en las manos y en los ojos una confusión gris
amenazaba como una tormenta a la intemperie.
No se volvieron a ver, de vez en cuando se recuerdan cuando alguien los toca en donde les duele.
Frutillas del alma por todo el cuerpo.
A el, el viento, le trae un abrazo de amor que prometía muchos más.
Debe ser el viento lo que le molesta y le ocupa los ojos con una canción triste.
Se resiste a cerrarlos, mira para otro lado, para adentro sabe que es peor.

Venimos de los barcos.

Thursday, October 13, 2011

Picado.


De buen humor, la barba recortada y con la sonrisa iluminada como una calesita,
el tipo parte ligero, con los pies bailarines y la boca ansiosa,
que ya anticipa los excesos de una noche ganadora,
la precisa revancha para zafar de la injusta promoción.
Va imaginando como serán esas caderas que ya intuyó bajo el vestido finito,
y también el finito borde de la bombacha que marca el principio del vértigo.
Ese maldito precipicio enamoradizo al que casi siempre se abandona mansamente,
asomándose desde el borde para dejarse caer con los ojos cerrados
y los brazos abiertos como la otra vez, como la primera.

Se sacude un poco el pantalón, se acomoda la camisa
y en su boca enciende un cigarrillo y otra sonrisa de campeonato.
¡Que noche linda de primavera! piensa en voz alta mientras en su cara
todavía siente como unos cuantos besos se revuelcan en un improvisado picado.